Capítulo 17
El templo del adiós
Clarissa llego a
su casa, esta abrió la puerta lentamente y trato no hacer ruido al percatarse
que su tío aun dormía, o eso parecía.
La chica se
limpió las lágrimas con el brazo, busco en cada habitación de reojo pero no lo
encontró, lo que despertó en ella una ligera preocupación. Subió casi volando
las escaleras en busca de su tío, abrió la puerta de su habitación y nada.
Busco en cada una de estas, y al abrir la habitación del final del pasillo la
cual era por así decirlo el estudio de su tío (algunos libros apilados, carpetas
con cuentas, fotografías de Clarissa) lo encontró tirado sobre la alfombra, sin
conocimiento, esto fue lo que más asusto a la joven que inmediatamente llamo
una ambulancia.
*
Josh corrió por
el sendero que conducía a la casa de Clarissa, para intentar arreglar las cosas
y recuperar quizás…a la chica, pero se encontró con la casa vacía, a lo que desilusionado
volvió a su casa, pensando que quizás la chica estaría por el parque gimoteando
y contándole sus penas a el horizonte como bien sabía hacerlo
*
Iba cayendo el
alba en el poblado de San Antonio y Clarissa aún no obtenía respuestas de que
era lo que su tío tenia.
-Señorita
Clarissa - resonó una voz al final del pasillo – Venga por favor-
Esta se dio media
vuelta y corrió desde el ventanal donde estaba parada esperando noticias hasta
el cuarto de hospital donde reposaba su tío inerte y aun inconsciente.
-Señorita- comenzó
el medico tragando un poco de saliva, bajando casi un segundo la cabeza
pensando las palabras que diría, como casi todo medico cuando tiene que dar una
noticia dura a la familia, este subió instantáneamente la cabeza y prosiguió-
Su tío… -hizo una pausa y se armó de valor – está en fase terminal- dijo este
mientras apretaba con más fuerza los papeles que llevaba en ambas manos. –
Tiene cáncer, estuvo tomando el tratamiento, pero casi siempre en casos como
este es difícil desvanecer el tumor, y menos si no es extirpado, pero en el
caso de su tío, es casi imposible por el lugar donde se aloja- este suspiro
dolido quizás casi igual que la chica.
-Y en estos
casos- pregunto Clarissa con la voz entrecortada- Que se puede hacer?-
-Esperar, solo
esperar- Contesto el médico, mientras la tomaba por el hombro como una manera de
darle las condolencias por adelantado y salir hasta perderse en el largo
pasillo color blanco.